Creo que estamos ante una declaración de principios muy importante en cuanto a la actuación en el futuro frente al SARS-Cov-2, por cuanto que contempla aspectos tan importantes como el aporte de recursos adicionales a los fondos estructurales, la inclusión del SARS-CoV-2 en el anexo III de la Directiva 2000/54/CE que dio lugar a nuestro vigente cuadro de enfermedades profesionales o el recuerdo, en lo que se refiere a la salud y la seguridad en el trabajo, de la Directiva marco 89/391/CEE del Consejo que impone a todos los empresarios la obligación no negociable de llevar a cabo y mantener una evaluación de riesgos completa y actualizada, con arreglo a sus artículos 6 y 9. Ello implica que todos los riesgos en el lugar de trabajo, entre ellos la exposición al SARS-CoV-2, deben tenerse en cuenta y evaluarse conjuntamente, incluida su interacción con los riesgos psicosociales, biológicos, químicos y de otro tipo.